FAIR PLAY
Cumplimiento de las
reglas, juego limpio, especialmente en el deporte.
¿Ideología o
cuestión de oportunismo?
Origen y evolución del Fair Play
La idea del Fair Play (juego limpio o leal) no es una
invención moderna de las asociaciones en el combate contra la conducta
antideportiva en el terreno de juego, sino que es tan antiguo como el fútbol de
competición mismo. La siguiente contribución analiza el origen del juego limpio
y la forma en que evolucionó la idea del juego leal bajo diferentes influencias
externas.
EL
DEPORTE COMO RECREO
El juego limpio obtuvo su forma y definición actual efectiva
ya en la época victoriana de Inglaterra. La "clase recreativa"
aristocrática inglesa practicaba competiciones deportivas sólo como fin
absoluto; para un aristócrata, la victoria era indiferente, incluso sospechosa.
Figurar y ser elogiado en la prensa - con excepción de los periódicos de la
corte - era poco delicado. El resultado era menos importante que el evento
propiamente dicho, la acción deportiva común. Los sociólogos ingleses Dunning y
Sheard resumen los principios que se ocultaban detrás de esa ética aficionada
de la siguiente manera:
El deporte se practica como deporte absoluto, por el mero
placer que implica. De ahí proviene el desdén por aquellos que buscan la
victoria a todo precio.
Autocontrol y, ante todo, recato en las emociones en caso de
victoria o derrota.
La idea del "Fair Play", es decir, de la igualdad de
posibilidades entre las partes que participan en la competición, vinculada con
la subordinación a las reglas y con una actitud caballeresca, la de la
"rivalidad amistosa" entre los adversarios.
EL ESPÍRITU
DE JUEGO
Existe un compromiso que condiciona la conducta, las
expresiones y el comportamiento de los participantes durante el desarrollo del
juego, éste es el espíritu de juego. Ésta es la principal característica que ha
venido trascendiendo desde los fundadores y que hoy se dice llamar “la filosofía del ultimate frisbee”.
Éste principio se postula como la gran diferencia de éste con los demás
deportes de conjunto. Se basa en la reproducción del espíritu deportivo y el
juego limpio o fair play. Parinella y Col. (2004) manifiestan este compromiso
como un sinónimo de juego limpio que convoca a todos los jugadores con la
responsabilidad de desempeñar las normas sin ayuda de árbitros. Este aspecto es
una característica especial que ha permitido que los jugadores de ultimate
frisbee se constituyan como una comunidad que tiene como principal actividad de
ocio compartir este deporte.
El espíritu de juego es el compromiso que se hace mientras se desarrolla
el juego para jugar sin agredir al otro. Además asume el diálogo como principal
mediador en los casos de falta o sanciones durante el juego (Tejada, 2007).
Estas virtudes se desarrollan mediante el compromiso de sus
jugadores para asumir un papel de jueces, para desempeñar así la función
comunitaria que ejerce un árbitro, quien hace cumplir el reglamento, como en
los demás deportes. Mediante este mecanismo los equipos son responsables de
llamar a falta cada vez que sea necesario y así el responsable deberá asumir el
procedimiento que se manifiesta en el reglamento. Además, cuando no se tiene
claridad en las sanciones que se manifiestan en el campo de juego, los
participantes implementan un diálogo con el objetivo de llegar a un acuerdo
equitativo que promueva la continuación y el desarrollo normal del juego.
Las decisiones que toma el espíritu de juego se fundamentan
en la solidaridad como la promoción de lo colectivo antes que cualquier
consideración personal; pero lo colectivo en este caso implica al sancionado y
el sancionador. Es así como en una situación de falta o que implique la
violación del reglamento, la persona afectada manifiesta la acción ejerciendo
un llamado utilizando una expresión en voz alta que enuncie según el reglamento
el concepto más cercano que resume la acción con palabras como falta (foul),
camina (travel), conteo (count). Entonces la persona sancionada de forma
honesta debe reconocer, o no reconocer, el llamado de su contrincante.
MI
ESPÍRITU DE JUEGO
·
Utilizo
el saludo al inicio y al final del encuentro.
·
Evito
el contacto con el cuerpo del oponente durante el desarrollo del juego.
·
Evito
poner en riesgo la integridad del oponente en jugadas peligrosas como los
saltos.
·
Evito
desplazamientos que causen choque del jugador que hace defensa con otra
persona.
·
Utilizo
el diálogo para llegar a un acuerdo después del llamado a falta.
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Utilizo
un lenguaje y vocabulario adecuado (libre de palabras obscenas) durante el
juego.
·
Regreso
al lugar real de ubicación en la cancha cuando se hizo el llamado a falta.
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Prefiero
la claridad y no la duda.
·
Me
muestro atento y protejo la integridad del adversario.
·
Resalto
el buen desempeño del adversario durante el juego.
·
Permito
la participación de otro compañero para que remplace mi función en el juego.
·
Promuevo
entre mis compañeros de equipo el espíritu de juego.
·